martes, 5 de noviembre de 2019

El alcohol, potenciador del sobrepeso.



El alcohol es un líquido inflamable, incoloro y trasparente que absorbe agua rápidamente desde el aire. Se trata de una droga única debido a su peso molecular y a su infinita solubilidad en agua. Por otro lado, el sobrepeso es una acumulación anormal o excesiva de grasa, que puede ser perjudicial para la salud. Es considerada una enfermedad sistémica, crónica y multicausal, que involucra a todas las personas a nivel mundial.


Según la OMS, el uso nocivo de alcohol es causa de más de 200 enfermedades y trastornos, donde se encuentra el sobrepeso. Se considera el segundo alimento con más densidad energética después de la grasa, que provoca un aumento del apetito y una disminución de la saciedad. Esto conlleva al aumento de la ingesta energética. Además, añadir alcohol a la comida disminuye la oxidación de lípidos, de tal forma que se induce la acumulación de grasa en el organismo. Por otro lado, también se ha demostrado que influye sobre algunas hormonas relacionadas con la saciedad. Provoca la inhibición de la leptina, que es la hormona responsable de la saciedad. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que el alcohol es un factor que influye en el aumento de peso. Además, no solo proporciona energía por sí mismo, sino que también estimula la ingesta de otros alimentos.


El alcohol se suele relacionar con las fiestas, celebraciones y eventos especiales. Sin embrago, cada vez son más las personas que los consumen antes y después de las comidas, convirtiéndose en una costumbre. Parte del problema es su aumento de forma tan progresiva, donde las personas sin darse cuenta son capaces de tolerar cada vez más las cantidades de alcohol y consumirlo con más frecuencia. Ante este tipo de casos es muy importante estar atentos debido a la cantidad de energía que se está aportando al cuerpo. Por ello, es necesario reducir su consumo de forma gradual para evitar situaciones de riesgo para la salud.




Los efectos del consumo de alcohol están determinados por la cantidad y el patrón de consumo de etanol. En las investigaciones realizadas se muestra que los bebedores moderados tienen menos riesgo de padecer enfermedades que los que beben en exceso. En un estudio realizado a 1 millón de personas se observó que las personas con un consumo de alcohol moderado presentaban una disminución importante de muertes a lo largo del seguimiento. Mientras que los hombres que consumían 4 bebidas al día y las mujeres que tomaban más de 2,5 bebidas al día presentaban tasas de mortalidad más altas. En la siguiente tabla se muestra la relación que existe entre el consumo de alcohol y la mortalidad total, tanto en hombres como en mujeres:




Fuentes:


https://www.gastrojournal.org/article/S0016-5085(16)00005-6/fulltext?referrer=https%3A%2F%2Fwww.ncbi.nlm.nih.gov%2F

https://www.centrosaludnutricional.com/la-barriga-cervecera-mito-o-realidad-143.html


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