El té y el café son la segunda y tercera bebida más consumida en el mundo. Su alto consumo se debe a sus propiedades y efectos sobre funciones psicológicas y fisiológicas, es decir, efectos protectores sobre nuestra salud. Las recomendaciones del consumo de café y té para una alimentación saludable han ido cambiando en los últimos años según ha aumentado el nivel de evidencia acerca de sus beneficios.
Un estudio recopilo datos científicos de los últimos años
para investigar qué relación existe entre el consumo de café y té con las
enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, como hipertensión,
hiperglucemia e hiperlipidemia. La conclusión que tomaron fue que el té reduce
algunos factores de riesgo, sobre todo en personas con sobrepeso o obesos, por
lo que presenta un efecto protector contra el desarrollo de enfermedades
cardiovasculares. Por otra parte, los resultados con el café fueron
controvertidos. Mientras que los grandes bebedores de café se relacionaban con
un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, los bebedores de café
moderados se asociaban con un menor riesgo de padecerlas.
Por lo tanto, el consumo de café se ha asociado con un menor
riesgo de presentar algunas enfermedades, como Alzheimer, demencia, Parkinson y
diabetes tipo 2. Sin embargo, también se ha relacionado con un mayor riesgo de
padecer hipertensión arterial, algunos tipos de cáncer e infarto de miocardio.
Por otro lado, el consumo de té se ha relacionado con un menor riesgo de presentar
enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes.
Hoy en día todavía no se ha llegado a una conclusión clara
sobre cuál de las dos bebidas es más saludable para nuestro organismo. Tanto el
té como el café pueden ser beneficiosos para nuestra salud. Sin embargo, si se
trata de una bebida que vas a tomar durante toda la vida, el té tiene a estar
por encima del café debido a que presenta menor efectos secundarios a largo
plazo. De todas formas, todavía falta mucha investigación.
Fuentes:
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