martes, 19 de noviembre de 2019

Aceite de coco: ¿recomendable o no?

13. El aceite de coco. 

El aceite de coco es un tipo de aceite vegetal compuesto en su 90% por ácidos grasos saturados que se usa tanto en la cocina como para mejorar nuestra estética. Estos últimos años, ha crecido considerablemente su popularidad y ha dado pie a controversias sobre si es tan bueno como se dice o no. 
Según Izanami Martínez, fundadora de The Notox Life, los triglicéridos que esta manteca contiene presentan múltiples beneficios para el sistema cardíaco, ya que reduce el nivel de colesterol LDL, y nos ayudan, entre otros, a perder peso. Esto se debe a que favorece la quema de grasas, sacia y eleva el metabolismo de quien lo consuma. Acorde a sus artículos, Martínez afirma que se debería añadir este aceite a la dieta para contribuir a la mejora del organismo, sustituyéndolo por el aceite de oliva o añadiéndolo al café. 

Otros de los beneficios que nombra son el poder antibiótico y antifúngico debido a su elevada concentración de ácido láurico, la prevención del envejecimiento, acné y demás problemas cutáneos gracias a la vitamina E y proteínas que contiene,  la capacidad de restablecer el pH neutro y eliminar la grasa de la piel, gracias a los ácidos grasos de cadena media, y la protección del cuero cabelludo, ya que lo nutre y evita su encrespamiento. 

Pero según una doctora del Instituto de Prevención y Epidemiología del Cáncer de la Universidad de Friburgo (Alemania) y The American Heart Association, es un producto peligroso para la salud, ya que las grasas saturadas que lo componen dificultan la unión entre el colesterol LDL y sus receptores, favoreciendo así a su acumulación en las arterias. Ambos afirman que no existen estudios estadísticos realizados en humanos que corroboren sus supuestos beneficios.

Entre los efectos negativos destacamos el aumento de la tensión arterial, como consecuencia de la acumulación de grasas en las arterias, enfermedades cardíacas, un aumento de peso si se eleva la dosis de ingesta, diarrea y demás problemas intestinales debido al desajuste gastrointestinal que acarrea, alergia a nivel cutáneo y trastornos metabólicos gracias a la elevada cantidad de hidrógeno que contiene.

No nos podemos decantar al 100% por una opinión, pero habiendo más métodos para reducir el peso y el colesterol, ¿vamos a emplear uno que puede llegar a ser un riesgo para la salud en otros aspectos?

Fuentes:

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