Los refrescos son bebidas gaseosas muy populares que la gran mayoría de la población consume a diario. La coca cola y otros refrescos son consumidos por muchas personas periódicamente, desconociendo por completo los efectos perjudiciales que podrían tener si los consumen habitualmente.
El ácido y el azúcar que presentan pueden
llegar a disolver el esmalte dental, favoreciendo así la aparición de caries. Por
otro lado, el ácido fosfórico puede originar cálculos y problemas
renales, y afecta también a los huesos al alterar su equilibrio mineral. Además,
provoca un aumento considerable de peso en individuos que los consumen en
exceso. También aumentan el riesgo de diabetes tipo 2 al promover la
resistencia a la insulina.
Entre 1992 y 2000 se realizó el estudio a una población de
450.000 individuos de varios países Europeos, entre los que se encuentran España,
Suecia, Reino Unido, Dinamarca, Francia, Grecia, Alemania, Grecia, Italia, Países
Bajos y Noruega. Durante un seguimiento de 16 años se produjeron 41.700 muertes,
donde la mayoría tomaban 2 o más refrescos diarios. El consumo de refrescos
endulzados artificialmente se asoció con muertes por enfermedades circulatorias,
y los refrescos endulzados con azúcar con enfermedades digestivas.
Como conclusión, la sociedad debería adoptar medidas de salud
para reducir el consumo de refrescos y apoyar a las campañas destinadas a
limitar el consumo de bebidas gaseosas.
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