lunes, 21 de octubre de 2019

Los refrescos, una arma de doble filo.



Los refrescos son bebidas gaseosas muy populares que la gran mayoría de la población consume a diario. La coca cola y otros refrescos son consumidos por muchas personas periódicamente, desconociendo por completo los efectos perjudiciales que podrían tener si los consumen habitualmente.


El ácido y el azúcar que presentan pueden llegar a disolver el esmalte dental, favoreciendo así la aparición de caries. Por otro lado, el ácido fosfórico puede originar cálculos y problemas renales, y afecta también a los huesos al alterar su equilibrio mineral. Además, provoca un aumento considerable de peso en individuos que los consumen en exceso. También aumentan el riesgo de diabetes tipo 2 al promover la resistencia a la insulina.


Entre 1992 y 2000 se realizó el estudio a una población de 450.000 individuos de varios países Europeos, entre los que se encuentran España, Suecia, Reino Unido, Dinamarca, Francia, Grecia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos y Noruega. Durante un seguimiento de 16 años se produjeron 41.700 muertes, donde la mayoría tomaban 2 o más refrescos diarios. El consumo de refrescos endulzados artificialmente se asoció con muertes por enfermedades circulatorias, y los refrescos endulzados con azúcar con enfermedades digestivas.


Como conclusión, la sociedad debería adoptar medidas de salud para reducir el consumo de refrescos y apoyar a las campañas destinadas a limitar el consumo de bebidas gaseosas.

Fuentes:




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